Como ya os he comentado en alguna otra ocasión, no soy muy amante de las tartas que tengan que ver con "gustos masculinos", vamos, que no me inspiran en exceso. Me sacan de las flores y el rosa y ya no soy yo... ja ja ja... ¡¡¡es broma!!! Aunque esta tarta no era en absoluto complicada para mí, pero sí que hubiera sido un modelo ideal para que lo trabajara la parte masculina de 'El postre es cosa mía', o sea, mi marido... que es el que le saca los mil detalles a este tipo de juguetitos. Pero imaginaos la situación: más de 48 horas sin dormir, atraso en el trabajo, sueñooo... mucho sueñooooo, tartas para hombres, sueñoooo, ganas de llorar porque tenía mucho sueñoooo, y mi marido fuera todo el fin de semana... ¡¡nooooo!! Me prometí que aquello no volvería a sucederme, aunque ya sabía que me engañaba a mí misma porque el episodio volvió a repetirse muchas más veces. Nunca creí que me convertiría en una "trabajadora de noche" (suena fatal pero tiene el sentido más inocente posible).
Fuerzo mi memoria y creo recordar que el avioncito resultó ser un bizcocho de vainilla relleno de crema frigopié... sí, sí, no me equivoco. Y también creo recordar que estaba muy bueno porque me acabé comiendo todo lo que sobró (no es reprochable para la línea después de tantas horas sin dormir... en serio, no lo es).
2 comentarios:
Qué bonita! ...Y original!
Me gusta todo! Los colores!
Enhorabuena!
Que artista! Me encantan tus tartas. Nathalie(mundo bizcocho)
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