martes, 23 de marzo de 2010

A LA CAZA DEL "BOLET"


No sé si ésto le sucederá a todo el mundo o es que mi imaginación da para mucho pero cuando en una conversación van surgiendos las palabras, cualquier palabreja, me viene a la mente una cierta imagen. A veces ni siquiera tiene nada que ver con esa palabra, pero mi mente la asocia con ella. Tal es el caso, por ejemplo, cuando surge en una conversación la palabra "pastel". En ese caso, mis pobres neuronas se ponen a trabajar de lo lindo y la imagen que surge de ello es un pastel enorme de nata y yema quemada (que no me gusta para nada) y a mi hermana con 5 añitos metiéndole el dedo y pringándose la cara... ¡qué cosas! Distinto es si la palabra en cuestión es "tarta". Entonces, la imagen se hace antiiiigua, y aparece mi tía cortando con un cuchillo enorme un bizcocho relleno de mermelada (no sé por qué, si en mi familia nunca se han hecho esas mezclas).

Bueno, y todo esto viene porque al escribir el título de este "post" me ha venido una imagen: una amanita muscaria, o lo que es lo mismo, aquella seta roja con pintitas blancas que todos dibujábamos en el colegio (y que no nos avisaron que era extremadamente tóxica). Y me ha resultado gracioso que con la cantidad de setas que existen en el mundo, todas las asocie con la misma, y encima tóxica. Tienen suerte nuestros profesores de que no les hayamos denunciado por acabar en urgencias por "intoxicación micológica" .



¡¡Ah, no nos olvidemos de la tarta!! Brownie de chocolate con leche bañado en sirope de cacao amargo y relleno de mermelada de fresa.... mmmm.....

sábado, 20 de marzo de 2010

BABY PRINCESA

¡Cómo nos gustaba cuando éramos pequeñas disfrazarnos de princesas y quitarle las fundas al sofá para hacernos nuestra capa! ¡Qué tiempos aquellos! Pero eso no se olvida, aún me gusta ser una princesa, aunque tenga más asumido que sólo soy princesa de mi casa. Y para volver a recrearme en ello... esta tarta: el cojín real con la corona y el cetro... sin dejar de lado la mantita, porque toda "baby princesa" se queda dormidita en su trono y no se ha de permitir que pase frío.


En su interior... bizcocho de chocolate blanco, bañado en cacao y relleno de crema "frigopié", o sea, de fresa.

SOBRE LA NIEVE

No puedo negarlo, me gusta esta tarta... me parece la mar de graciosa. No se parece en nada a la idea inicial que llevaba pero es que... a mí me va improvisar un poco sobre la marcha. Aunque no hay que equivocarse: suelo proyectar en mi mente y por escrito el formato de la tarta. Me gusta organizarme bien el trabajo (aunque sigue costándome por la falta de tiempo). Así que, desde que conozco la temática de la que se hará el pastelito en cuestión, empiezo a darle vueltas a la cabeza, hago bocetos por todos lados... ¡¡me encantan los croquis a lápiz!! (sí, llámame loca, pero el dibujo me apasiona). Es muy normal acabar encontrándome servilletas, hojas de libreta, papel de reciclaje llenos de líneas y colores (mi beneficioso sistema para desestresarme y desconectar).... para finalmente hacer lo que me viene a la cabeza en último momento. Cuando no sucede así, no me queda otra que acudir a Mr. Google... siempre dispuesto a "echar un cable".


Yendo a lo que íbamos, aunque esta tarta iba a ser una montaña llena de esquiadores y trineos, me pareció mucho más original esta otra idea. Y es que no puedo evitar intentar sacar el lado gracioso a cada una de las tartas, como ya he comentado en otras ocasiones. ¿Será que no tengo remedio?