Azucena, una habitual de mis pastelillos, me llamó para hacerme un encargo especial. Viajaban a Burgos para celebrar una "post-boda" rodeada de familia y amigos íntimos. Y, por supuesto, querían dar el toque sorpresa con una tarta diferente. Y sin duda lo fue.
Quisiera explicaros un poquito la historia de la "producción" de esta tarta y para ello he preparado un paso a paso, al estilo de la tarta de boda con los mil muñecos que podéis volver a ver clicando aquí. Pero preparar la entrada requiere algo de tiempo y dedicación. Así que os animo a que no me quitéis ojo, en breve volveré con esa historia, que no tiene desperdicio... porque al fin y al cabo soy humana.... y torpe en ocasiones.... y no hay tarta que haga en la que no me haya surgido alguna anécdota para contar.
Espero veros pronto.