Será que me he levantado hoy de lo más poética (cosa extraña en mí si el despertador suena a las 5:00 a.m.), que me ha dado por poner este título a la tarta. Paranormalidades aparte, el modelito que presento a continuación fue un regalito para un aniversario, obviamente. Pero no sé yo por qué le he cogido a esta tarta tan simple un cariño especial. Para empezar, porque la hice con mucho cariño... pues una tarta que "respira" amor por todos los poros ya es toda una inspiración para mí. Luego, por la sencillez de la misma, que creo que ya de por sí le da una elegancia única (soy de las que mete detalles y detalles y detalles por todos sitios en cada una de las tartas que hago, pero esta no los necesitaba en absoluto.) Y además, por las personas a las que iba dirigida: una parejita increíble que se ha marchado muy, muy, muy lejos y no sé cuándo tendré la oportunidad de volverlos a ver. Muuuuchos besos a ambos. Y, por supuesto, las gracias a mi Isa, que siempre se acuerda de mí para estas ocasiones y muchas otras más...¡¡eres única!!
Y los sabores... brownie de chocolate negro bañado en sirope de cacao relleno de crema de avellanas y crocanti de almendra.
9 comentarios:
OHHHHHHHHHHHHHHHHHH que bonito.
Besos.
nena qué buena pinta......elegante y perfecta.
Que corazon más elegante!!
Besitos!
delicada, sencilla, para mi son las mejores¡¡
un beso¡¡
Cuanta razon tienes...es raro en ti una tarta sin detallitos...
Un beso
ummmmmmmmmm ¿por qué narices me ha costado tanto encontrar tu blog? ¡Artista! Quizás porque no tengo tiempo de ná y ando más perdida... Un beso guapa.
Sencilla y elegante¡¡
El lazo parece de verdad¡¡
PERFECTO¡¡
Besitos
Bonita, bonita, bonita.
:)
Muchas gracias, chicas, por todos vuestros comentarios.
A veces lo bello reside en lo sencillo pero... me cuesta tanto dejar a un lado los diminutos detalles... forman parte de mí. ¿No os sucede igual?
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