A pesar de la complicación que pueda parecer modelar este piano, me lo pasé realmente bien, no "sufrí" en absoluto, como a veces sucede. Se buscaba una idea divertida y tenía a montones pululando por mi mente, pero no quería en ningún momento sobrecargar la tarta. Así que quedó en los cuatro detalles graciosos. Pude abusar un poquito porque ya conocía a los homenajeados y sabía que no se tomarían a mal todo lo que hiciera. Lo que más sentí es no poder hacer la tarta del sabor que le hubiera gustado a Iván (tiene pasión por mi cargadísimo pastel fresco "Mojito") ja ja ja... Se entiende que habían menores y no era el mejor postre para esa ocasión.
En su interior... bizcocho brownie de chocolate negro relleno de ganache de chocolate blanco.
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