jueves, 19 de noviembre de 2009

CAJA DE SORPRESAS


Se acercaba el aniversario de mis suegros y no sabíamos muy bien qué regalarles. ¿Un ramo de flores? ¿Un frasco de colonia? Muy típico, ¿no? Lo que más me convencía eran unas buenas vacaciones, porque se las merecen, pero como "la vaca no daba pa tanto"... pues se quedó en lo típico: colonia y corbata, aunque en este caso, comestible.

Me gustó mucho hacerla porque mi marido también se quiso implicar bastante en la confección de la decoración de la tarta (al fin y al cabo el regalo era de parte de los dos...) y quiso hacer la corbata y la colonia (era tan minucioso que parecía un cirujano en plena operación). Además, él tiene una visión más perfeccionista (más crítica) que yo y eso me ayuda a que el acabado mejore.

De esta tarta han pasado ya unos meses. Creo recordar que fue un bizcocho de especias relleno de ganache de chocolate negro con frutos secos.

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