Aquí os presento a mi Winnie un poco rechonchete. Y es que, seamos realistas, alguien que se pasa todo el día panza al sol poniéndose hasta los ojos de miel, no puede estar en muy buena forma que digamos, ¿no creéis? Pero está igual de gracioso que el modelo más 'delgaucho'.
Esta tarta se la hice para mi amiga Araceli, amante donde las haya de la tarta sacher. Me dejó bien clarito que la quería "sacher, sacher, sacher... más sacher que nunca". Así que la cargué de mermelada y chocolate hasta reventar. Supongo que la disfrutaron porque quedó super esponjoso y apetitoso... ¡¡irresistible!!
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