Soy una enamorada del arte, la escultura, la pintura... y todo lo que tenga que ver con el desarrollo creativo. No es que desde pequeña despuntara por ser una "artista" pero mi curiosidad y empeño por "redescubrir" qué era capaz de hacer hizo que en más de una ocasión me sorprendiera a mí misma y a mis profesores. Y lo cierto es que perder el miedo a equivocarte cuando te inicias en una "obra" nueva ayuda mucho a progresar y definirte en tu estilo.
Y una de las aventuras que me ha ayudado a ver mis nuevas capacidades ha sido el modelaje. No hago nada fuera de serie ni espectacular pero si me hubieran dicho 5 años atrás que iba a ser capaz de hacer esto no me lo hubiera creído.
Puesto que encontrar cursos de modelaje en azúcar en Barcelona era realmente difícil unos años atrás, me fuí apuntando a cursos de porcelana fría o arcilla polimérica. Aunque la masa a trabajar era distinta, cogí los mismos patrones para traspasarlos a azúcar.
Así que agradezco todo lo que me enseñaron Noemí Hurtado y Geraldine Gabasa, dos artistas como la copa de un pino, a las que admiro muchísimo.