miércoles, 7 de octubre de 2009

A LA PLAYA...


¿Dónde quedaron aquellos maravillosos años en los que la familia de diez miembros se encajaban todos juntitos en un mini para ir a la playa? Pues no sé cómo se lo hacían pero lo conseguían. Luego estamos los de mi época que, aunque no éramos diez miembros, pero ocho sí... incluida la abuela, la tía, el bebé... con el carrito, la macro nevera hasta arriba de cubitos de hielo, los trescientos flotadores, el parasol... y nos lo pasábamos de miedo, todo el día en la playa, a pleno sol, con capas y capas de protector solar factor 15 (que en mi niñez eso era una barbaridad), y aún y así te ibas a casa más rojo que una gamba, esocío por el roce de la arena con el bañador y unos pelos... unos pelos que ponían el grito en el cielo.

Después de un paseo por el baúl de los recuerdos, vamos a por la tarta. Me la pidieron para regalarla a una familia a la que le encanta ir a la playa, y como la tienen bien cerquita, pues se aprovechan de poder hacer lo que más les gusta. Pretendía que fuera algo graciosa (un objetivo que tengo en prácticamente todas las tartas, sin llegar a ofender a nadie, por supuesto). Y creo que algo se consiguió... ¿qué os parece?


La tarta es un bizcocho brownie de chocolate negro, relleno de ganache de chocolate blanco y regado con sirope de cacao amargo. ¡¡Qué empacho de chocolate!!

SKATEPARK


¿Sabéis lo que es un skatepark? Una pista preparada con rampas, barandillas y demás enseres para que los skaters, o lo que es lo mismo, los patinadores sobre monopatín puedan practicar libremente. Ha sido un buen invento, pues ahora las abuelitas no tendrán que quejarse de que los chavalillos se les suben a los bancos y no pueden sentarse porque se les manchan las enaguas... je je je.

Esta tarta quiere plasmar o aproximarse a un skatepark que encontramos en una población catalana. Estaba dedicada a un chico al que le encanta patinar, así me lo demostraron las fotos. Y su mujer quiso hacerle un detalle por su aniversario de bodas: el skatepark donde había practicado desde niño. Me consta que le sorprendió. ¡FELICIDADES A LOS DOS!

Dentro de esta pista con tanto grafitti podemos encontrar un bizcocho brownie de chocolate negro relleno de ganache de chocolate negro también, con frutos secos, bañada en sirope de cacao amargo.

¿NOS VAMOS A LA PISCINA?





¿Te apuntas a un remojón? Bueno, ahora ya empieza a refrescar un poquito pero en pleno agosto, que fue cuando me pidieron esta tarta, apetecía un baño... ¡¡¡y mucho!!! El objetivo de esta tarta era ser una piscina normal y corriente, una piscina nueva tal como se habían hecho los propios homenajeados. Pero caí en el detalle de que la piscina estaba en una casa en el campo, así que había que explotar esa posibilidad (de ahí las hormigas, las mariquitas y la serpiente...aunque quizás me pasé un poco, no?). Y bueno, por hacer la gracia, al muchacho lo zambullimos bajo el agua. Si es que cuando vemos una piscina nos volvemos como críos, ¿no es cierto? Y que nadie diga que no...

BOLSO TOUS-EMMA'S FASHION


Esta tarta es muy, muy, muy especial. No por lo que fuera en sí, porque ya podéis ver por la fotografía que no es nada del otro mundo: un sencillo pastelito más. Pero lo que lo hace especial es a la persona a la que iba dirigido. Se llama Emma. Y aunque apenas nos conocíamos físicamente antes de este encuentro, creo que hemos conectado "muy mucho". Es una gran persona, con un encanto especial, una personalidad y carácter de roble (que lo suyo le ha costao). Está siendo muy valiente al afrontar una de las peores enfermedades del siglo. Ya quisiera mucha gente echarle el valor y entereza que ella le pone. Es por eso que quise hacerle este pequeño detalle...... un dulce siempre alegra, aunque solo sea un poquito. Pero para que veáis qué tipo de persona es os diré que no se limitó a comerse su tartita de a poquito. A cada enfermero/a que iba entrando en la habitación del hospital donde estaba ingresada les iba repartiendo tarta. La verdad es que es una buena técnica, parece que así incluso se vuelven más agradables y atentos contigo. Tomemos nota.
Un besazo, Emma. ¡Eres única! (el color amarillo del marco de la foto va por ti... ya lo sabes)


La tarta en sí no es más que un brownie de chocolate negro relleno de ganache de chocolate blanco. Si es que hay poca gente que se resista al chocolate, ¿eh?

BIBLIA


Este pastel se lo regalaron a Carlos tras finalizar 15 días de estudio intensivo, intensivo, intensivo en pleno mes de agosto... nada que ver con exámenes de selectividad, ni finales de carrera... fue algo mucho más práctico y animador.

Me hizo ilusión hacer semejante tarta, pues era la primera que hacía en forma de libro abierto y me encantaba la idea. A medida que la iba haciendo, más me gustaba. Sé que está mal decirse estas cosas una misma, pero es que es la verdad. A veces también apetece hacer cosas que salgan de los mil detalles (florecitas por aquí, mariposas por allá, hormiguillas por el otro lado...). Y lo cierto es que esta tarta no admitía demasiados detalles, pues perdía su esencia, por eso me gustaba. Aunque claro, a mí me dejan a solas con ella dos o tres horas más y la cambio por completo... ja ja ja...

Tras esta Biblia tan contundente se esconde un bizcocho brownie de chocolate negro, relleno de ganache de chocolate blanco, bañado en almibar de cacao dulce.